Échale la culpa a mi hermana

Sandra siempre ha escondido su corazón bajo siete llaves. Las historias de amor solo sirven para la ficción de sus novelas. Pero fuera de estas historias siempre es ella la que rompe las relaciones en cuanto ve asomar los sentimientos. Pero esta situación cambia cuando recibe la llamada de una de sus amigas para decirle que se casa, y que celebrará una fiesta en Ibiza a la que tendrá que llevar a su actual pareja. Lena, su hermana, le recomienda que se lo proponga a Max su pareja en la facultad y a la que dejó plantado por una beca en Alemania. Pero ella no cree que él esté dispuesto a ello. Además, solo se han visto en una ocasión y en mitad de la calle. Y no cree que sea el más indicado. Lo que Sandra no sabe es que Max ha cambiado. No es el chico de veinte años que dejó plantado. Y que está dispuesto a echarle una mano a sabiendas de que no sucederá nada entre ellos en ese fin de semana, ¿o sí, y ambos están equivocados?. Pero llegado el momento ambos se darán cuenta de que solo necesitaban volver a pasar tiempo juntos para que la química entre ellos vuelva. No tendrán que fingir lo que siempre han sido. Todo se complica cuando Max es amigo de Charlie, el novio. Lo que en un principio era una comedia, que terminaría cuando regresaran de la isla, se ha vuelto en algo con lo que ninguno contaba. Sandra no será la misma cuando regresé y ya no podrá seguir protegiéndose de Max. Ni tampoco podrá culpar a su hermana de haberla metido en ese lío aunque se empeñe.