Foucault en California. Un viaje filosófico y lisérgico
Simeon WadeEscuché esta historia por primera vez en 2014, cuando estudiaba un posgrado en la Universidad del Sur de California. Lo cierto es que me costaba creer que un filósofo de la talla de Foucault hubiera sacado tiempo para tomarse un tripi con dos desconocidos, por no hablar de que, a sus cuarenta y nueve años, hubiera accedido a experimentar con sustancias psicodélicas. Toda la anécdota sonaba absurda, pensaba yo, y sacaba mi lado más sarcástico. Odiaba la «teoría». Odiaba a Foucault, que parecía personificar todo el privilegio y la arrogancia del movimiento teórico. Cuando me enteré de que el anfitrión de Foucault en el valle de la Muerte, Simeon Wade, tenía un manuscrito no publicado en el que describía esta experiencia, decidí contactar con él. Quería una copia de su manuscrito y usarla para escribir una sátira sobre académicos idiotas en el desierto.